Todo padre quiere el bienestar de su hijo y quiere verlo feliz, divirtiéndose, jugando con sus amigos, y con un buen estado de ánimo.
Sin embargo, muchas veces el comportamiento de nuestros niños no se asemeja a lo que deseamos que sea. Puede que surjan problemas psicológicos en la infancia o en la adolescencia que preocupan al adulto porque ven cómo el bienestar de los menores y la tranquilidad del hogar se pierde de vista.
A través de la evaluación y la intervención psicológica, el objetivo primordial es facilitar el adecuado desarrollo psicológico del niño o del adolescente, permitiendo el ajuste emocional y social, en cada etapa evolutiva.
Hay que tener en cuenta el contexto familiar y escolar, proporcionando el apoyo psicológico necesario tanto a padres como profesores.